Yo le pedí a Dios que me hablara, que yo quería escuchar su voz. Que aunque fuese me dijera, Hola! Pero que me hablara y me dijera algo. Porque mi alma, mi ser, necesitaba escuchar su voz. Le pedí que me dejara escuchar su voz a través de una visión, a través de un sueno, a través de una canción, a través de un niño, o a través de la naturaleza. Y hoy le doy gracias a Él, al Señor todopoderoso porque me habló hoy y me dijo:
Yo hice estas montañas tan grande que tú no crees escalar e hice un horizonte tan lejos que tú no crees alcanzar. Sé que la duda y la indecisión son enemigos que tienes que derribar. A ti te digo levántate con fe que en mí esta el poder para que tú puedas vencer. Si puedes creer todo es posible, si puedes creer. Confiesa que es así aunque no puedas ver. No des lugar a la duda tan solo ten fe. Ten fe en mí, tu Dios, tu Creador. Si puedes creer no importa el milagro yo tengo el poder. Conforme a mi voluntad lo haré, declárate en victoria no hay de qué temer. Solo tienes que creer.
Acaso has olvidado que Dios contigo está. Yo soy el único que puedo hacer el mar secar para que tú puedas cruzar. Pero en ti esta la decisión de ser un vencedor. Levántate por fe que en mí, tu Dios, está el poder para que tú hoy puedas vencer. Si puedes creer todo es posible, si puedes creer. Confiesa que es así aunque no lo puedas ver. Tan solo ten un poco de fe y no des lugar a la duda. Recuerda que yo estoy contigo y la batalla ganarás, si solo puedes creer con fe de que es así. Declárate en victoria porque yo estoy contigo todos los días y tú no estas solo, ni tu familia. Sólo confía en mí, sólo cree en mí y verás.